sábado, 15 de septiembre de 2018

Sweet Sixteen...


Hace algunas semanas cumplí años y pospuse mis actividades sissificantes, pero debo continuar con ellas para lograr ser una mariposa cada día más bella. ¿Qué les parece si continuamos con los escalafones que me permitieron ser quien soy hoy en día?

Hace un par de meses se enteraron de mi exposición escolar, cuando las burlas me hacían mojarme por dentro y llorar frente a mi aula. Ese Sol que me expuso nunca más me habló, y de hecho ha evitado el contacto conmigo desde entonces, muchas personas deben entender que la sarna con gusto no pica y por eso a veces estas pequeñas “mostras” nos volvemos más bellas de lo que ellas pudieron imaginar en un principio.

Imposible era a mis 16 años seguir sin reconocer mi rol sumiso, ya era una experta en los chats. Lograba eludir ventanas emergentes, entraba a toda clase de sitios y me nutria con el contenido más sucio, para emputecer mi mente de nene tímido. Una lucha interna se producía en mi mente, y con ello la sensación de culpa y las constantes purgas de mis prenditas. Ya sea aquella braga que le robé a mi mami, o aquel labial que compré en un almacén.

Era el miedo que se apoderaba de mí, ¿era normal ser una maricona? ¿me atraparía mi familia? Digamos que por suerte nunca me atraparon, ni cuando estaba en bikini ni cuando estaba toda montada cabalgando un bello dildo: ¿Será en tu caso, mami biológica querida, que nunca querrás decirme si viste mis imágenes por temor propio? Who knows, who cares?

A los 16 casi 17 descubrí que era sumisa, por ende mis perversos gustos se volvieron más oscuros, culminando en una experiencia con una Domina virtual de Inglaterra. Nunca fui expuesta, ni motu propio ni por ganas de aquellos supuestos dominantes que de autoritario solo tenían la Bloq Mayús del teclado.  

En un futuro muy pero muy cercano se enteraran de la madurez de esta teen y verán como he desarrollado la feminización bajo mis propios términos…

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